Todo lo que pueda decir desde ahora se quedará corto. Para mí es grande, muy grande y hoy , que cumple 76 expléndidos años, no puedo más que hacer una reverencia ante él y un humilde homenaje.
El primer recuerdo suyo: no podía ser otro, enfundado en un smoking. Cigarro en la comisura de los labios. Martini con vodka, agitado, pero no revuelto. Walther PPK en el bolsillo. Aston Martin. Y la pantalla llena de flema escocesa. Sí, para mi, aunque él lo niegue es y será el único Bond, James Bond.
Me encantaban las películas del agente 007. La mayoría de ellas las vi por primera vez en un video Sony Betamax, alguien que sigue sin crecer, y me fascinaba todo: el glamour, la mirada cínica, todos sus gadgets... y después descubrí en él al hombre que se enamoró de una ladrona atormentada, que luchó por sacarla del infierno que la consumía. O aquel hombre que quiso reinar. El león que permanecía en su puesto. El monje culto que investigaba misterios. Rudo lugarteniente de Eliot Ness en el Chicago de los años veinte. Un día descubrí que también podía ser el padre de uno de mis héroes y ser tan aventurero como él. Un Robin que envejece con su Lady Marian. Es Corazón de León y el único hombre que escapó de La Roca. Escritor huraño e incluso un explorador destinado a arreglar las cosas.
Ha sido y puede ser más cosas, fuerte acento escocés... y seguirá siendo el hombre más sexy vivo, por encima de muchos blandos aniñados.
Esta humilde dama felicita a Sir Sean Connery.
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