09 mayo 2012

Al idioma alemán


Mi destino es la lengua castellana,
El bronce de Francisco de Quevedo,
Pero en la lenta noche caminada,
Me exaltan otras músicas más íntimas.
Alguna me fue dada por la sangre-
Oh voz de Shakespeare y de la Escritura-,
Otras por el azar, que es dadivoso,
Pero a ti, dulce lengua de Alemania,
Te he elegido y buscado, solitario.
A través de vigilias y gramáticas,
De la jungla de las declinaciones,
Del diccionario, que no acierta nunca
Con el matiz preciso, fui acercándome.
Mis noches están llenas de Virgilio,
Dije una vez; también pude haber dicho
de Hölderlin y de Angelus Silesius.
Heine me dio sus altos ruiseñores;
Goethe, la suerte de un amor tardío,
A la vez indulgente y mercenario;
Keller, la rosa que una mano deja
En la mano de un muerto que la amaba
Y que nunca sabrá si es blanca o roja.
Tú, lengua de Alemania, eres tu obra
Capital: el amor entrelazado
de las voces compuestas, las vocales
Abiertas, los sonidos que permiten
El estudioso hexámetro del griego
Y tu rumor de selvas y de noches.
Te tuve alguna vez. Hoy, en la linde
De los años cansados, te diviso
Lejana como el álgebra y la luna.
Jorge Luis Borges, El oro de los tigres, 1972.



En mi caso, la primera elección siempre fue la lengua inglesa, que desde que tengo uso de razón me ha fascinado. La segunda elección, por lógica de cercanía quizás, fue el francés, a pesar de que, confieso, nunca me ha gustado demasiado. El alemán llegó tarde, por cabezonería. ¿Una filóloga inglesa sin inmersión en el primo-hermano? Y llegaron las declinaciones y los verbos, las preposiciones y los verbos... una fonética que aprendes a querer a tu manera, porque es más fácil que otras en contra de lo que parece. Y llegaron los atascos, los parones y los olvidos.

No he leído a Goethe en su original, ni siquiera me he atrevido con mi adorado Stefan Zweig. No. A duras penas puedo mantener una conversación... pero ha llegado el momento de intentarlo de nuevo, retomar las clases e intentar tenerte, idioma alemán, no como te tuvo Borges, pero por lo menos poseerte humildemente.

2 comentarios:

Alejandro Mulkay dijo...

Interesante y simpático tu blog. Te confieso que a mi también me aburre El Quijote, aunque he tenido que enseñarlo y discutirlo muchas veces.
Saludos desde Puerto Rico:
http://alejandromulkay.blogspot.com/

ps3 jailbreak dijo...

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