Todos tenemos un lugar en el que perdernos y aislarnos con nuestros sentimientos. Un sitio en el que poder aclarar nuestra mente y hacer que cree o simplemente descanse. Da igual que sea un sitio paradisíaco o un rincón de nuestra ciudad en el que consigues resetear y olvidarte de todo, empezar de nuevo y sentirte solo y protegido. Un lugar para pensar.
La Fundación Luis Seone de A Coruña, en una deliciosa exposición, nos enseñó esos lugares secretos de muchos genios, esos rincones en los que se escondían a crear y abrir su mente para luego compartir con el mundo grandes obras maestras. Seguro que fueron tratados de ermitaños, de locos o de asociales. A quién no le ha pasado cuando dices que necesitas estar solo y pensar y que no te molesten. Que nadie os engañe, la soledad elegida es sana si sabes controlarla.