Hay cosas que se repiten año tras año llegado un momento determinado. Cosas que hacen que tu vida vuelva a un equilibrio que se ve roto por acontecimientos que no esperas o que no deseas.
Año tras año, la llegada de la primavera a mi casa viene acompañada de ramos de flores silvestres que mi padre le trae a mi madre en poco ortodoxos envoltorios, como son los periódicos del mes pasado. Es una escena que se repite todos los sábados. Inundan de olor y color el pasillo. Para mí, siempre viene alguna pequeña rosa que coloco en un jarroncito y que ahora mismo vigila y perfuma estas líneas. No me digan que no es una alegría...
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