Hay un lugar en A Coruña que significa libros, literatura de la buena, transportarse a mundos mágicos, llenarse de cultura y de ilusión, amigas que te aconsejan siempre bien... hay un lugar en A Coruña... bueno, no, debo decir con todo el dolor de mi corazón que había un lugar.
Imaginaros, una librería de las que ya no hay, de esas en las que huele a libro, en las que al entrar sientes la necesidad de salir cargado de historias, un sitio al que ibas por inercia, en el que entrabas cuando estabas triste para sentirte mejor, o en el que entrabas sonriente para salir más sonriente aún. Allí te batías en duelos a espada, descubrías paraísos, te convertías en grumete de un barco pirata, en mujer de un maharajá, Lady Viola sobrevivía a naufragios y Harry Potter derrotaba una vez más a Lord Voldemort. Un lugar lleno de historia en pleno corazón de la ciudad. 70 años de libros. A los coruñeses no hace falta que os diga a qué me refiero: La Librería Colón.
Si habéis pasado por allí estos días, supongo que se os habrá puesto un nudo en la garganta. Yo soy una romántica, y el otro día, comprando mis últimos libros, salí con los ojos empañados, notaba que un pedazo de mí se estaba yendo. Tenía una sensación que no había experimentado nunca, me sentía perdida, como si me arrancaran algo, ver las estanterías vacías, como si la hubieran saqueado.
Cierra el día 31 de enero, el mismo día que cumple 70 años. ¿Razón? No que no venda, puesto que cada año aumentaba las ventas un poco más. El edificio, perteneciente a una Fundación ha sido declarado en ruína y les ha llegado el desahucio. Nos han desahuciado a todos. El edificio de estilo neogótico de 1873, y fachada protegida, llevaba mucho tiempo cayéndose a trozos sin que los propietarios hicieran nada por impedirlo. Lo han vendido a un constructor y la fundación se quedará con el bajo y el primero. El poder del ladrillo. Echan a los libros a la calle y con ellos, a las seis maravillosas libreras que te avisaban de las novedades, que sabían tus gustos, que te aconsejaban cuando ibas perdido, que removían cielo y tierra hasta que encontraban ese libro que se te había antojado. Una de ellas piensa seguir con el espíritu de la librería muy cerca de donde ésta da sus últimos estertores. Aunque para muchos el lugar lo ocupe la FNAC, yo seguiré dejandome aconsejar por ella.
Pero como todo lo grande se van a despedir a lo grande y nos citan a todos a un adiós que nadie quiere el día 1, con la única condición de llevar una botella para ahogar el dolor.
Gracias por tantos años de buena literatura.
6 comentarios:
Oh, sí que me das una mala noticia. Cada vez que voy a Coruña es uno de los lugares que visito sin falta, mira por dónde voy a perder uno de mis puntos de referencia. En fin, todo cambia, todo pasa...
No sabe como la entiendo y como comparto su nostalgia...
Saluetes
Es la segunda noticia similar que tengo en una semana. Otra entrañable librería de Valencia también cerró sus puertas. Parece que están sucumbiendo ante las grandes superficies y es una pena. Ya pasó con las salas de cine. Esperemos que no ocurra lo mismo o perderemos esa magia de hojear libros en un lugar reposado y adecuado.
Un beso
Snifff, la librería a la que se refiere el Dr. Strangelove era la que yo frecuentaba, La Máscara. Y también elevo mi lamento en mi blog.
Sepa usted que entiendo su pena y que la comparto plenamente.
No se pueden imaginar los cuatro lo que supone el cierre. Ayer no pude resistirme y fui a comprar por última vez: The Oxford Book of Christmas Poems y El Diario de Tapas Rojas. Y salí con los ojos llorosos y una invitación para la despedida de esta noche. Mi intención es acudir. Nos la cierran, pero con honores la despedimos.
Pues ahora habrá que hacerse eco de los nuevos proyectos de esas libreras que continúan.
Saludos.
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