Pues sí, ya tocaba. Lo hemos leído (y visto) niño, inmaduro, metiéndose en problemas, luchando contra el mal y saliendo victorioso... y sabíamos que se acababa, que tenía que tocar a su fin ( ¿seguro?), que en la Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts sólo hay 7 cursos antes de que los gradúen y se vayan a ser magos adultos... y éste era el último.
Y yo ya lo acabé, lo leí con ansia, con rapidez, devoré las páginas, pero con un sentimiento de culpa por la velocidad, porque era consciente de que se terminaba. Sí yo soy de esas que corría a la librería el día que se ponía a la venta para ser de las primeras en leerlo. No es gran literatura, pero me gusta, me divierte y a veces la vida se nos pone tan complicada...
Dejáramos el mundo mágico un poco convulso al final del libro 6, con la muerte de uno de los personajes importantes y con la dudosa continuidad de Hogwarts y todo lo que ello suponía, y por supuesto con el conocimiento por todos de la vuelta de El-que-no-debe-ser-nombrado, y el comienzo del terror de la mano de sus mortífagos.
No os voy a contar nada de la trama, no esperéis que os diga quienes son esos que se mueren y que desgracias pasan, porque no soy amiga de destripar finales y desde luego tampoco no me da la gana... Pero sí deciros que tras unos comienzos titubeantes ( no sé porqué, pero ya me ha pasado con otros libros de la saga, que me costó meterme en ellos, empiezan lentos y luego en 100 páginas se le va todo de las manos a velocidad de vértigo), que me hacían temer que no me iba a gustar nada..., pues luego se enderezó todo y podemos decir que no me disgustó de todo, vamos que me gustó, que era lo que esperaba y que me parece un derroche fantástico de imaginación sin límites. También debo añadir que podía haber sido más valiente y terminarlo de otra manera, que sí, lucha sangrienta, muertes importantes, pero hay ciertos momentos, muchos, en los que todo te suena a previsible y conocido. No obstante, llegado a este punto de una saga, no siempre el final le gusta a todos, puede que incluso a nadie, es muy difícil terminar algo que lleva tanto tiempo empezado, pero que por otro lado pide a gritos un final. Pero repito que era lo que me esperaba y no me decepcionó para nada. Caerá relectura con más calma en otro momento.
Eso sí, según han ido avanzando los libros yo personalmente le he ido cogiendo un cariño tremendo a ciertos personajes secundarios como Neville Longbottom o Luna Lovegood, esta última si habéis visto las películas realmente clavada a lo que el libro describe, inquietante, inspiradora de ternura y con un punto de locura que hace que la adores. Y Neville pasa de miedoso inútil a parte importante de la trama en los últimos libros. Y para que lo voy a negar, me acaba cayendo bien Draco Malfoy...
Harry Potter se hizo mayor y nos dejó... por lo menos hasta que estrenen las películas que queden.