Esa palabra me encontré yo escrita ayer, 23 de agosto, en La Voz de Galicia y que quieren que les diga, pues será la grafía propuesta por el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE, pero a mí no me llega a convencer de todo. No sé, será esa Y, o esa QU o el conjunto que a la mirada resulta extraño y chocante. Y repito, no vengo yo a discutir las razones que pueden tener eruditos y estudiosos para reconocer como nuestra esa palabra que toda la vida hemos visto escrita en su versión inglesa original - disc-jockey - o en su versión apocopada DJ, que sigue siendo mi favorita, y reconozco que ya puestos, por qué no recuperar el castizo término de pinchadiscos, que a fin de cuentas es lo que es el disyóquey ese; o se ve que el trabajo que realizan es diferente, y a lo mejor el pinchadiscos sólo pone a Los Bravos y el disyóquey nos deleita con "favela-funk" o "booty-beat". Y conste que lo que más me gusta es la manera de hacer el plural, disyoqueis, sustituyendo la y por una i.
La Voz está últimamente sorprendiendonos con sus palabritas de lo más correctas, y hoy aparece otro titular refiriéndose a "El bum de la novela histórica dispara el interés por el pasado", y éste no me resulta ajeno, pero es que ese pinchadiscos extraño lleva toda la noche sonando en mi cabeza.
Pues nada que me alegro que no perdamos el bum de tomarnos un güisqui mientras nos deleitamos con el trabajo de un disyóquey.
Nota posterior: Hoy, a día 28 de agosto nos encontramos con una de esas nuevas grafías propuestas por el Panhispánico de Dudas: yacusi. Realmente se está poniendo interesante este final de verano. Están consiguiendo que me lea el periódico con mucho mucho más interés.
24 agosto 2007
07 agosto 2007
...doblan por ti.
Nadie es una isla completo en si mismo; cada hombre es un pedazo del continente,una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
John Donne
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