Todo empezó un 12 de junio de 1981, día en que se estrenó la primera película de la

Las aventuras desde el principio, aquella piedra rodando persiguiendo a nuestro héroe, la cazadora, la bolsa, el látigo, y el sombrero. Culto y bruto a la vez, pendenciero, cariñoso, no sé, a todas nos volvía locas y todos querían ser como él. Primero, encontró un Arca, después un Templo Maldito, y la última vez que lo vimos, acompañado de ese padre (una debilidad de esta dama), el objetivo final fue el Santo Grial.
Qué quieren que les diga, me encantaría que se repusiera en pantalla grande, y volver a vivir lo mismo, aunque sé que no sería igual, pero la ocasión lo merece. Y bueno, entonces no me queda otra cosa que esperar a esa anunciada próxima aventura, en la que algo, más "veterano", no dudo que me encandilará de nuevo y soñaré con ser esa chica a la que rescata o mete en líos, aunque tenga que caminar entre serpientes o escorpiones, y comer sopas exóticas. Esta dulce dama inglesa tiene ganas de aventuras.
4 comentarios:
Es una película muy buen guión, muy bien hecha, con buenos intérpretes.
Comparto contigo esos gratos recuerdos de su estreno. Sin duda era otra época. Ahora sería distinto, con más publicidad y generando ansiedad entre las jóvenes generaciones.
Mucho se están haciendo de rogar George Lucas y Steven Spielberg. No parece que lleguen a un acuerdo y Harrison Ford, mientras, se hace más mayor. Esperemos que no más tarde del 2007 podamos disfrutar con Indiana Jones en acción.
Un beso dulce
indiana jones representa la esperanza que tenemos los scholars de llegar a ser cool
(por cierto, ¿nadie jugó nunca un RPG de indiana jones buscando el atlantis? ¿acaso me lo imaginé?)
jovialiste, bienvenido a esta Noche.
Tiene razón mi querido Doctor, la publicidad y estas jóvenes generaciones romperían la magia. Por suerte, nosotros disfrutamos el momento original, y eso no lo perderemos nunca. Y por eso también esperamos una nueva entrega, con nuestros puros corazones expectantes.
miguel tormentas, Indiana era un superhéroe con dos identidades, una suerte de Clark Kent que al colocarse su sombrero se tornaba Supermán.
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