Voy a dejar de lado a Saint-Exupéry, (que eso es harina de otro costal, algún día hablaré largo y tendido sobre él), y comentar esos libros que, efectivamente, han marcado mi infancia y juventud, que aún cojo de vez en cuando y compruebo que me siguen emocionando como el primer día. De los que se comentan en el artículo, me encantaría destacar los siguientes:
- El Pequeño Nicolás de Renné Goscinny. Divertidísima colección de libros de este pequeño gamberro francés, en el colegio, con los amigos, de vacaciones... Tengo la colección completa en castellano y en francés y es una delicia cuando uno quiere alegrarse la vida. Y bueno, quién olvidaría la gran creación de Goscinny, junto con el dibujante Albert Uderzo: Asterix.
- La Isla del Tesoro de Robert Louis Stevenson. Piratas, aventuras, tesoros escondidos... Se le puede pedir más a una novela?? Bueno, sí, ron, una botella de ron. La joya de mi biblioteca es una edición de 1932 que cayó en mis manos en una tienda de segunda mano en Inglaterra por el irrisorio precio de 30 peniques.
- Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain. Cuando lo disfruté de niña, sólo vi las aventuras, las diversiones y la libertad de los personajes. Una vez releído, descubrí que la literatura americana moderna nació ahí, que es un estudio perfecto de la sociedad todavía racista post-guerra de secesión y que las imagenes que presenta del paisaje del Río Mississippi no se te borran nunca de la mente.
- Platero y yo de Juan Ramón Jiménez. Quién que haya leído este libro no ha querido tener un borrico como Platero... y qué disgusto al terminar de leerlo!!! Mi primer acercamiento a la poesía también fue con este autor: una antología especial para niños llamada Yo voy soñando caminos...
- 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne... y La Vuelta al Mundo en 80 días, y Viaje al Centro de la Tierra, y Un Capitán de quince años, y... ¿por qué tengo que elegir una sola? Una niñez sin Julio Verne no es lo mismo. Me enseñó a soñar y a viajar como nadie.
Y voy a parar, porque aunque continuara durante horas, siempre me dejaría algo en el tintero, porque ahí estan los relatos de Edgar Allan Poe, Sherlock Holmes, Las Mil y una Noches... y ya, en mi "madurez" Harry Potter.
Ahora es vuestro turno, contadme qué libros os han marcado, qué no faltará jamás en la biblioteca de vuestros hijos, primos y sobrinos.
10 comentarios:
Todos son protagonistas de mi infancia...Recuerdo con gran cariño los del Pequeño Nicolás...aunque también me acuerdo de...Teo va a la escuela, Teo juega al fútbol, Teo y su primer porro...etc ;) También me acuerdo de aquellos libros con doble final que era rojos y azules...Nos hacemos mayores...;)
Saludos!
ah, chiquillos, cómo se nota que soy bastante mayor, porque todos mis libros infantiles tenían, como mucho, algunos dibujos en b&n. Julio Verne, Salgari, Enyd Blyton, aquellos detestables Hollister, el Jabato, Mortadelo y Filemón. Ejem, qué recuerdos.
Saludos
"El Jabato" estaba genial. Tengo que buscarlo porque creo que aún tengo algún número...
Yo de niño era (era?) un poco rarito y mis lecturas eran casi todas relacionadas con la astronomía. Además leía comics y aquellas maravillosas historias ilustradas de grandes novelas.
Pero de mayor sí estoy disfrutando como un niño de Verne, Salgari, Stevenson, Conan Doyle.....
Besos desde Moonfleet
Gracias a tus comentarios en Moonfleet te visito y me alegro de haberlo hecho porque tienes un blog interesante, que una servidora no dudará en volver a visitar...
Todavía cuesta encontrar blogs escritos por mujeres.
Sigue así, un abrazo.
Me resultaría un esfuerzo que mi todavía convalecencia no me lo permite. Mis recuerdos de lecturas inolvidables es tan amplio que me pierdo con facilidad. Quizás porque la lectura siempre me fascinó y devoraba con ansiedad cada volumen que caía en mis manos. Lo que si tengo claro es que ahora me cuesta más cerrar un libro siendo consciente de que acabo de terminar uno inolvidable.
Un fuerte saludo.
De vuelta de los dias de descanso, toca contestar a vuestros amables comentarios:
Pol: Creo que no he leido a Teo nunca, pero se de quien lo recuerda con mucho cariño, y aquellos libros de elegir el final, la verdad tenian mucha miga ;)
Jueves Addams: por desgracia ya no soy tan chiquilla y en mi casa esta la colección de Los Cinco, y Mortadelo, cuantos no habré cambiado con el contrabandista... Y muchas gracias por el link en su post.
Jeremy: tu lo has dicho, no yo, un poco rarito... pero sabes que te queremos igual, jeje... y yo tambien sigo descubriendo a Doyle y a Poe y mejor ahora, que los leo tal y como son.
noa: Muchas gracias por tu visita, y por tus bonitas palabras, intentare mejorar dia a dia.
Dr. Strangelove: me alegro de su recuperación, cuidese, y tiene razón, lo actual que leo, es muchas veces facilmente olvidable, pero siempre habrá un clásico cerca para resarcirse.
Saludos a todos y gracias por las visitas y comentarios
Yo recuerdo con mucho cariño los libros de la serie "Un oso llamado Paddington" (¿eran de un tal Michael Bond?). Otros libros fundamentales para mí fueron Tom sawyer y Huckleberry Finn de Twain o A chamada da selva de Jack London (que leí en la edición en gallego de Xerais).
Y luego está De la Tierra a la Luna de Verne, que fue clave en mi adolescencia, porque entre sus páginas ocultaba yo mi archivo personal de fotos de señoras estupendas, ustedes me entienden (a lo mejor no debería contarle esto a una elegante dama inglesa...). Hace unos 3 o 4 años hasta me lo leí y todo.
Ays, Paddington Bear, qué mítico!!!! y estimado Edu... sabe su costillita de ese escondite secreto?
Saluditos
Bueno, aquel incunable archivo fue destruido por la (auto)inquisición, más temerosa del reproche paterno que de la ira de Diox. Así que es historia, hace años. Pero muchos, ¿eh?
Me uno a los comentarios. He buscado últimamente en librerías de lance así como en Internet libros que marcaron mi infancia. He recuperado por mí y los que vengan después libros de Maria Gripe, "Cuentos de las cosas que hablan", de Lydia Bonjunga Nunes...
¡Qué diferente me veo ahora! Me da igual que los recuerdos se "manipulen" para hacerlos más "dulces", mi infancia no hubiera sido la misma sin ellos.
Gracias por la atención
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